Marruecos, un destino de película

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Desierto, cascadas, templos, murallas… ir a Marruecos es un destino completísimo que no te puedes perder.

Comenzando por Tanger, la principal puerta de entrada desde Europa, en el estrecho de Gibraltar donde se entrelazan Europa y África donde la medina y sus bazares son los principales puntos a recorrer.

La siguiente parada hacia el sur sería Rabat, una ciudad llena de historia y actual capital de Marruecos. Son lugares obligados para visitar la Torre Hassan, el mausoleo Mohamed y la Medina de Rabat, testigos del paso de la historia por esta región.

Imperdible sería Casablanca, pues fue locación para una de las películas del cine clásico. Esta ciudad conquista nuestros corazones con sus playas, el centro de la ciudad nueva con su entorno bullicioso, la plaza Mohamed V, el parque de la Liga Árabe, el cual es el parque más grande de la ciudad y la Plaza de las Naciones Unidas.

El siguiente alto debe ser en la ciudad de Marrakech; sus mezquitas y sus plazas son una experiencia que no te puedes perder. Lugares como el Zoco, el lugar donde los marroquíes hacen sus compras, y que está lleno de colorido y de folclore; o la medina, es decir, la parte más antigua de la ciudad, cuyas murallas destilan magia al atardecer.; o los Jardines de Menara, con su encanto de armonía arquitectónica en torno al estanque artificial; hacen de Marrakech un lugar al que no te arrepentirás de visitar.

Por último, pero no menos importante, debes encontrarte con el imponente desierto del Sahara, donde Marrakech es el principal puerto de partida. Las dos zonas más importantes del desierto son Zagora y Merzouga. Sentir el sol en la piel, pisar esa arena tan distinta a todas, son experiencias que guardar para recordar por siempre.